El hombro rígido idiopático primario también se denomina “hombro congelado”, se desarrolla espontáneamente sin un desencadenante conocido.
Es una causa frecuente de dolor de hombro que afecta al 5% de la población general. Es más común en mujeres, pacientes diabéticos o fumadores.
También existe el “hombro congelado secundario” cuando la rigidez y el dolor del hombro se deben a una causa conocida, las más frecuentes tras una fractura, una intervención quirúrgica o haber tenido el hombro inmovilizado.
La embolización vascular es un procedimiento de mínima invasión que es realizado por los radiólogos vasculares intervencionistas.
El procedimiento consiste en bloquear el flujo de un área determinada. En este caso, existen áreas inflamadas y engrosadas en la cápsula del hombro, una estructura que permite el engranaje entre los huesos de la articulación.
Para ello se introduce un tubo muy fino (catéter) en las arterias, a las que se accede desde una arteria de mayor tamaño, desde la arteria radial (muñeca), humeral (antebrazo) o femoral (ingle).
El procedimiento se realiza con anestesia local en la zona de punción de la arteria. Por el interior del catéter se inyecta un líquido (contraste) que permite ver los vasos sanguíneos por los que navega el catéter mientras se realizan radiografías.
Una vez localizadas las arterias subsidiarias de embolización (arterias patológicas) se introduce material embólico (sustancias que bloquean la circulación). Así las arterias de las zonas inflamadas desaparecen y permanecen las arterias sanas de la articulación.
Esta intervención tiene una duración aproximada de 2 horas.
Generalmente los pacientes permanecen bajo vigilancia hospitalaria unas horas después del procedimiento.
Se trata de una técnica mínimamente invasiva, que se realiza de forma ambulante (sin ingreso hospitalario) y con anestesia local.
Numerosos estudios sobre embolización arterial en diferentes articulaciones, demuestran que la embolización de las arterias articulares es una técnica segura que permite acortar los periodos de enfermedad.
El éxito terapéutico de la embolización arterial es la combinación con fisioterapia y rehabilitación posterior. En los pacientes con “hombro congelado” de causa desconocida se ve una gran mejoría al mes del procedimiento y una recuperación completa entre los tres y los seis meses. Sin embargo, en los pacientes con “hombro congelado secundario” que han sido operados, la recuperación es más lenta, entre los 6 meses y un año después de la embolización.
En aquellos pacientes que no obtienen mejoría, se derivan a Traumatología para intervención quirúrgica.
Sí, existen diversas patologías que se pueden tratar mediante esta técnica, entre las que se incluyen:
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